miércoles, 20 de agosto de 2008

El monólogo, una historia de amor

Es indudable que el Perú es una tierra pintoresca y multifacética; llena de sabores agridulces y de resultantes que para cualquier otro ser pensante sería absurda, y hablo de este planeta. Hoy, después ya de años de pruebas de desprestigio y corrupción aun hay quienes aun prenden velas al nipón corrupto, aun hay quienes no sólo pretenden afirmar su inocencia sino que lo siguen!!; y para el colmo de la brutalidad aun hay quienes participan en sus partidos, no por conveniencia personal, como la mayoría de sus conocidos y familia, sino creyendo en la palabra de quien alguna vez salió huyendo a Japón antes de que lo atrapasen, montando todo un show de persecuciones a lo James Bond, tan colorido como las estatuas lloronas, tan solicitadas en su periodo.

El vínculo entre el traidor a la patria, y no es adjetivo sino sentencia, Montesinos, y el inexistente antes de los 90, Alberto Fujimori, no se ha visto opacado ni por el tiempo, ni los espectáculos montados, ni siquiera por las mutuas traiciones; la sociedad entre ambos perdura, como hace unos meses vimos por televisión el Circo del Juicio al Nipón y su Ninfa, para mantenerse sobre las aguas intentando sortear las perdidas e inocentes participaciones del fiscal, testigo de como el ex asesor se adueña de la sala para jactarse de su ventaja escénica sobre sus acusadores que, a pesar del exceso de recursos a favor, su ausencia de manejo y tino, hace que la fiscalía dance al compás que, muy a sus anchas, dicta el ex titiretero de los medios mientras su socio sonríe plácidamente.

"Las declaraciones de Montesinos carecen de argumento jurídico alguno y no deben alterar el curso del juicio", Walter Gutierrez, Decano del Colegio de Abogados de Lima se refirió así, acerca del casi monólogo interpretado por Montesinos ante la inamovible y disfuncional actitud de José Peláez , que, frente a un espectáculo de patética camadería, parece le quedó muy grande el papel de velar por los intereses de la Nación.











Marco Palacios
publicado antes en Bajo tu Mirada

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