Como ya nos tiene acostumbrados nuestro desubicado y pintoresco Cardenal, aprovechó la tradicional homilia por la festividad de Santa Rosa para otra de sus Ciprianadas, tan curiosas, tan cómicas, y tan oscuras también, "que se haya puesto de moda atacar a las fuerzas de seguridad y que la defensa de los derechos humanos haya quedado en manos de un pequeño grupo ideológico", refiriéndose al informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), que la semana pasada cumplió cinco años, en el que se denunciaba la responsabilidad de las Fuerzas Armadas y la Policía en actos de guerra sucia durante la lucha contra el terrorismo, perdiendo por poco margen la responsabilidad de las muertes registradas en ese periodo con un no tan humilde 44.5%, mientras que el galardón se lo ganó ajustadamente, Sendero Luminoso, con un 54% de muertes.
"...que Perú acoja con respeto, agradecimiento, sin ideologías y sin odios, la presencia de la policía y las fuerzas armadas", clamaba Cipriani, quien en la embajada de Japón pareció colaborar con la incursión del grupo militar para el rescate de los secuestrados por el grupo subersivo, Tupac Amaru, en donde fueron masacrados para la buena salud de los que ahí se encontraban en contra de su voluntad.
Carlos Tapia, ex comisionado de la CVR y militante del Partido Nacionalista, declaró según Perú21, "sería una vergüenza que monseñor, quien dijo en una oportunidad que los derechos humanos eran una cojudez, o los fujimoristas aplaudieran nuestro informe", afirmando no sentirse sorprendido, "El cardenal está preocupado por el informe de la CVR, porque ahí se muestra que cuando era obispo de Ayacucho no dijo nada cuando se violaron los derechos humanos de los campesinos o se asesinaron comuneros en el cuartel de Los Cabitos. Quiere salvar su alma, pero no podrá". Mientras que el director del mismo diario, Augusto Álvarez Rodrich, expresó en un artículo editorial publicado hoy, que las críticas al informe de la CVR se dan por ignorancia sobre su contenido o por el interés subalterno de enfrentar al país con los principios de la defensa de los derechos humanos.
En los últimos días, algunos miembros del Gobierno, como el vicepresidente, Luis Giampietri, famoso por el Frontón y el ministro de Defensa, Antero Flores-Aráoz, que después de tantos años aun no define su tendencia política, denunciaron las conclusiones de la CVR por considerar que no han hecho más que "polarizar" a la población sobre la actuación de las Fuerzas Armadas y no contribuir a la pacificación.
Sumándose a la cruzada, el ministro de Producción, Rafael Rey, militante, al igual que el Cardenal, del Opus Dei, se manifestó en el diario Correo a favor de las palabras de Cipriani y consideró que, si bien la CVR dice que quiere restañar heridas, lo que hacen es "abrirlas utilizando el sufrimiento de la gente para hacerse famosos", como si esas heridas en algún momento hubiesen cerrado.
Como decía Gustavo Bueno interpretando un teniente, a su soldado Gallardo lavando los trapos sucios en casa, en la película de Lombardi, La Boca del Lobo, "Una cosa es que me haga el cojudo, Gallardo y otra muy distinta es que lo sea".
"...que Perú acoja con respeto, agradecimiento, sin ideologías y sin odios, la presencia de la policía y las fuerzas armadas", clamaba Cipriani, quien en la embajada de Japón pareció colaborar con la incursión del grupo militar para el rescate de los secuestrados por el grupo subersivo, Tupac Amaru, en donde fueron masacrados para la buena salud de los que ahí se encontraban en contra de su voluntad.
Carlos Tapia, ex comisionado de la CVR y militante del Partido Nacionalista, declaró según Perú21, "sería una vergüenza que monseñor, quien dijo en una oportunidad que los derechos humanos eran una cojudez, o los fujimoristas aplaudieran nuestro informe", afirmando no sentirse sorprendido, "El cardenal está preocupado por el informe de la CVR, porque ahí se muestra que cuando era obispo de Ayacucho no dijo nada cuando se violaron los derechos humanos de los campesinos o se asesinaron comuneros en el cuartel de Los Cabitos. Quiere salvar su alma, pero no podrá". Mientras que el director del mismo diario, Augusto Álvarez Rodrich, expresó en un artículo editorial publicado hoy, que las críticas al informe de la CVR se dan por ignorancia sobre su contenido o por el interés subalterno de enfrentar al país con los principios de la defensa de los derechos humanos.
En los últimos días, algunos miembros del Gobierno, como el vicepresidente, Luis Giampietri, famoso por el Frontón y el ministro de Defensa, Antero Flores-Aráoz, que después de tantos años aun no define su tendencia política, denunciaron las conclusiones de la CVR por considerar que no han hecho más que "polarizar" a la población sobre la actuación de las Fuerzas Armadas y no contribuir a la pacificación.
Sumándose a la cruzada, el ministro de Producción, Rafael Rey, militante, al igual que el Cardenal, del Opus Dei, se manifestó en el diario Correo a favor de las palabras de Cipriani y consideró que, si bien la CVR dice que quiere restañar heridas, lo que hacen es "abrirlas utilizando el sufrimiento de la gente para hacerse famosos", como si esas heridas en algún momento hubiesen cerrado.
Como decía Gustavo Bueno interpretando un teniente, a su soldado Gallardo lavando los trapos sucios en casa, en la película de Lombardi, La Boca del Lobo, "Una cosa es que me haga el cojudo, Gallardo y otra muy distinta es que lo sea".
Marco Palacios
publicado antes en Bajo tu Mirada
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