martes, 2 de septiembre de 2008

Una voz de Buen Juicio en la Iglesia

La Ciprianada del fin de semana, al criticar nuevamente a los grupos que defienden los derechos humanos, que ya parece formula desgastada de imponer verticales e insensibles posturas a los fieles, quienes, como en Ayacucho, nunca parecieron importarle, fueron rechazadas con firmeza por el monseñor Luis Bambarén, quien le recordó el poco interés que tuvo en atender las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos cuando fue arzobispo de Ayacucho, informó hoy el diario Perú 21. "Voy a ser bien claro: Si en Ayacucho guardó silencio frente a tantos crímenes, especialmente en el cuartel Los Cabitos, ¿por qué habla ahora? O que se calle o que denuncie".

"los Derechos Humanos son una cojudez", recordaba Bambarén las sabias, sanas y sensibles palabras del monseñor, aclarando que lo dicho por el cardenal no representa la posición de la Iglesia Católica, "varios obispos están muy molestos con estas declaraciones personales!", y que la voz oficial de la Iglesia en el Perú no está a su cargo, sino más bien, y en beneplácito de la imagen de la Iglesia, en el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor cabrejos.



Cabe recordar algunas perlitas, que en su momento hicieron noticia, del santo representante del Opus Dei, Cipriani, para tener alguna certeza de sus inclinaciones y moral.

  • Su rechazo a la participación del Centro Carter como observador en los comicios del año 2000.
  • Según el Informe Final CVR se expresó en favor de la pena de muerte a Abimael Guzmán.
  • Según el Informe Final CVR , respaldó a la amnistía otorgada a miembros del Grupo Colina durante el régimen de Fujimori.
  • Según el Informe Final CVR,en la puerta del Arzobispado de Ayacucho colocó en una pizarra "No se aceptan reclamos sobre derechos humanos", y cuando un jesuita le llevó a los familiares del señor Mansilla, desaparecido por el ejército, se molestó y no los atendió; Tildó a un jesuita de "terrorista" por el sólo hecho de enseñar en la universidad de Ayacucho.
  • Su desacuerdo con la actividad de organizaciones de derechos humanos.


La canonización debe estar cerca; un hombre que en representación de la Iglesia, no sólo está de acuerdo sino que, profesa la pena de muerte tildando de cobardes a sus detractores, niega los derechos humanos de las víctimas y apoya la absolución del grupo paramilitar, famoso por abusos y asesinatos, Colina, y por sobretodo, muestra sin vergüenza ni reparo alguno, su constante desacuerdo con las organizaciones de los Derechos Humanos: ...es casi un Santo!.




Marco Palacios
publicado antes en Bajo tu Mirada

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