miércoles, 15 de octubre de 2008

Hasta que se demuestre lo contrario



Lucianita león, la guapa congresista que hasta no hace mucho resquebrajó su voz, en el Congreso de la República frente a medio Perú, al verse notoriamente afectada por las palomilladas ya tradicionales de su Padre, proclamando su prioridad para con su deber con la patria por encima de sus intereses personales y alguna entendible e insana defensa bajo la sombra, en esa misma curul con la que se desenvolvía desbordando no sólo su atractiva anatomía sino entusiasmo, sudor, empeño y hasta cierto aura de política sana, tan utópica, aun más en la ciudad de los reyes, ha aparecido con su hermano, como en retrato de familia, junto al travieso León que aun juega a las escondidas, protagonista del mayor escándalo de la era "García again" o "García II: El regreso!" en castellano, que ya se trajo abajo el gabinete ministerial junto al brote de algunas citas bíblicas emanadas cual mandamiento de los sacros labios del burgomaestre, en la primera parte de un reportaje de Marco Sifuentes, Jonathan Castro y José Alejandro Godoy para Utero Tv, en la que recuerda cómo Rómulo, el travieso, paseaba cual quinceañero enamorado por la plaza San Marcos, en Venecia, con Yngrid Yrivarren, la..., como la llama el locutor, ...No Mamá de Lucianita, allá, por el año 1991, provocando un escándalo light en la siempre virreynal Lima; el hecho es que La No Mamá de Lucianita hizo carrera en México como periodista de Televisa llegando a codearse con un gallinón de huevazos de oro, Carlos Slim, dueño de la cadena de comunicaciones Claro, el de los aranceles bajos de García y por supuesto con Diaz Lugo, representante de la firma noruega en México que tantas canas verdes está sacando al gobierno aprista.




Al parecer Luciana no era tan casta como pensaba; espero, siendo todo circunstancial y al no presentar ninguna conducta ilícita aun, no haberme equivocado en al menos haber creído hallar un pequeño bastión de política sana, joven, honesta e impulsadora en ella, entre tanta pestilencia: Todo entra por los ojos!...

Esperemos sea inocente, bueno!, hasta que se demuestre lo contrario!.



Marco Palacios
publicado antes en Bajo tu Mirada

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